"La vida me enseñó que a veces no es posible seguir agarrado a las cosas hasta que duelan las manos, hay que saber soltar a tiempo, antes que el dolor sea caro para las manos y las cosas." Sammy Szusterman (1951-) argentino, arquitecto y amigo

miércoles, 17 de septiembre de 2008

izquierchas y deredas


Parece que en nuestro amado país, el mundo de las ideas se ha dividido en dos.

Hemos puesto uno o dos cambios para atrás, retrocedido la manecilla de nuestros relojes y con la liviandad con que a veces solemos caracterizarnos, asistir impávidos a la coronación de un maniqueísmo propio de décadas o siglos pasados.

Muy funcional al "gran hermanismo" teleadictivo, al analfabetismo genético de políticos y dirigentes, a nuestra parcial disfuncionalidad creativa.

Cofradía de sabihondos bienintencionados, opinólogos de noticieros matinales, dictadores del "buenismo", exegetas del "pobrismo" 1, mercaderes del "paco mediático" 2, junto a una conspiración de holgazanes del intelecto, trabajan en un caótico plan de amordazamiento del pensamiento, ya no por métodos coercitivos, propios de odiadas tiranías, sino por medio de la corrección política.

Aquella que dice: yo soy bueno pues soy de izquierdas y estoy con los oprimidos y el pueblo y los trabajadores y la "gente" y tú eres un hijoputas (españolísmo muy agradable al oído), porque eres un anti-nacional, porque nos has traicionado, porque eres un aliado de los neoliberales, porque eres un "facho" (todavía vive Mussolini?), porque eres un insensible con la causa popular, porque te vendiste al imperialismo, porque ya no eres como nosotros.

Para aquellos que padecimos la brutalidad del régimen militar, que consideraba de izquierdas todo pensamiento diferente, la bastardización de las ideas, aunque sean de signo contrario, nos repulsa de igual manera.

No sé si este debate es universal o sólo una chapucería de entrecasa. Seguir insistiendo con esta absurda entelequia bipolar abruma a los que detestamos las etiquetas, las simplificaciones y la anorexia intelectual.

La división entre derechas e izquierdas, hija natural de la Revolución Francesa, fue mutando a lo largo de los siglos XVIII, XIX y XX, con una lógica implacable, que barrió con las vidas y las conciencias de millones de seres, entre las guerras calientes y frías de la pasada centuria.

Insistir con esa atrasada cosmovisión eurocentrista (que incluye a EEUU como potente Europa de ultramar) 3, cuando las múltiples realidades objetivas y subjetivas han destrozado todos los paradigmas conocidos (la presente crisis mundial es un mero ejemplo), es caer en una controversia futil, vulgar, reiterativa, simplificadora, aburrida y miserable.

El mundo de las ideas es tan amplio, rico, complejo, versátil, contradictorio o ambiguo, vital, variable, diverso, particular o universal (según el caso), que dividirlo tan arbitrariamente en dos partes hemisfericas, resulta un bárbaro anacronismo, un "non sense", un atentado contra la inteligencia, el coraje cívico y la sensibilidad social.

Me preguntó entonces, como humilde e incompleta declaración de principios.

Si estoy a favor de:
  • La libertad de mercado compensada con modernos instrumentos de regulación estatal.
  • De la inclusión social con políticas públicas concretas y no clientelares.
  • De los derechos sociales y económicos de los trabajadores.
  • De la libertad sindical.
  • Del estatismo indelegable en salud, seguridad y educación (premisa violada sistemáticamente en nuestro país).
  • Del estatismo no exclusivo y competitivo en algunos sectores de la economía. Transporte, energía, recursos naturales.
  • Del incentivo estatal a las pequeñas y medianas empresas como productoras de empleo.
  • De la visión multipolar del mundo como canalizador de exportaciones de bienes, servicios e intercambios culturales.
  • De las alianzas estratégicas entre los dos primeros sectores: el estado y los privados.
  • Del gran aporte del llamado tercer sector para construir y desarrollar valores de ciudadanía (sociedad civil, instituciones religiosas, organizaciones no gubernamentales)
  • De concebir a la globalización como una gran oportunidad con algunas amenazas, no como pura amenaza a combatir, negar o resistir.
  • Del crecimiento económico con equidad social y equilibrio territorial.
  • De los tratados "inteligentes" de libre comercio, que aboguen por la eliminación por parte de los países centrales de sus anacrónicos subsidios estatales, que cierran el acceso a sus mercados de nuestros productos y nuestro trabajo.
  • De una reforma impositiva progresiva, con mayor carga, vía impuesto de las ganancias, a los poseedores de "renta extraordinaria", junto con la reducción de los impuestos distorsivos (IVA, ingresos brutos, a las transacciones bancarias) para beneficio de sectores medios y bajos.
  • De la lucha contra la inflación, sin recesión ni estancamiento.
  • De la construcción efectiva de la Unión Sudamericana, bloque económico, cultural y social, como actor indispensable en el contexto mundial (sin desconocer ni negar las obvias relaciones de poder).
  • De la separación de iglesia y estado.
  • Del dialogo interreligioso, religioso-no religioso e intracultural.
  • Del casamiento entre personas del mismo sexo, con derecho a la adopción.
  • De la despenalización del aborto responsable, tutelado por el estado, sin imposiciones ni abusos a quienes defienden ideas contrarias a este principio.
  • Del derecho libre y personal (no coactivo) a la eutanasia para enfermos terminales o de imposible recuperación.
  • Del valor permanente de los derechos humanos como política de estado. Derechos frente al abuso estatal, para estatal o sectorial.
  • De la división efectiva de los poderes del estado (que en la Argentina es la más decimonónica de las deudas impagas).
  • Del rechazo a "todos" los autoritarismos.
  • De la descriminalización al consumidor de drogas, "combatiendo" las adicciones dentro de políticas sanitarias públicas y gratuitas.
  • De la lucha contra el tráfico ilegal de estupefacientes y al sofisticado lavado de dinero.
  • Del respeto a la diversidad racial, sexual, social, política y cultural.
  • Del rechazo a la pena de muerte, mero acto de venganza que de justicia
Que soy?
De derechas o de izquierdas?
De izquierchas o deredas?

Lo único cierto es que ante tamaña confusión de mi parte y para no pertenecer al mundo puro, noble y bello del progresismo vernáculo, he decidido autoexiliarme del mismo, desensillando hasta que aclare.

1 Rozitchner, Alejandro, filósofo, ver nota en http://www.bienvenidosami.com.ar/v2/articulos/2005_Noticias_UnaVisionPobrista.html
2 Abraham, Tomas, filósofo, en un reportaje del diario La Nación realizado por Paula María Martín el 27 de agosto de 2008. El paco, en la Argentina, es la denominación popular de la pasta base o "crack", droga de bajísima calidad, cortada con productos tóxicos, manufactura básica de la cocaína. Produce efectos irreversibles y/o mortales en muy poco tiempo, causando estragos en los sectores populares, debido a su bajo costo, con la complicidad y aquiescencia de sectores de la política y la policía.
3 Braudel, Fernand, Las Civilizaciones Actuales, Estudio de historia económica y social, Editorial Tecnos, 1986, pg. 400 a 441.

4 comentarios:

Félix dijo...

Hablar de la progresía y el encanto romántico de una izquierda idealizada me hace recordar la lectura de Koba (Martin Amis)
¿Derechas o izquierdas? ¿Qué soy?
No podemos vivir en el siglo XXI con preguntas del XX, son “preguntas trampa” que sólo pueden generar respuestas erróneas. Hay más alternativas, aunque no sé si hay fuerza para crearlas.
Normalmente no me hago estos planteamientos, quizás sería más correcto decir “ya no me hago estos planteamientos”. Siempre he sentido que en la Argentina se vive de una forma distinta la política, posiblemente sois más pasionales, más “animales políticos” ¿Las circunstancias?
Estaba leyendo tu entrada y he recordado unos versos de Eliot que de vez en cuando leo y si no me dan soluciones definitivas, al menos me sirven, mientras espero que todo se aclare.


Dices que repito algo que ya he dicho.
Lo diré otra vez ¿Volveré a decirlo?
Para llegar adonde estás
desde el lugar en que no te encuentras,
deberás seguir un camino
en el que el éxtasis no existe.
Para acceder a lo que no conoces
debes seguir una senda de ignorancia.
Para poseer lo que no posees
debes recorrer el camino
de la desposesión.
Para poder ser quien aún no eres
debes seguir el sendero en que no estás.
Y solo sabes lo que ignoras
y lo que no tienes es lo que tienes
y estás donde no estás.

Cuatro cuartetos T.S.Eliot

• Espero que el significado “animal político” sea el mismo en Argentina y en España.

miguel sznajderman, jazzmen dijo...

Maravillas de compartir una misma lengua.
Nos permite jugar con los sentidos y descubrir nuestras equivalencias y/o diferencias.

En la Argentina el "animal político" se usa para definir al dirigente pragmático, menos escrupuloso, que indisimula medios y fines, casi como una "fiera olfativa" que no repara en medios para conquistar, conservar o ampliar su poder. Cual es en España?

Y es cierto que tal vez la culpa de nuestros dislates, haya que cargárselas al rubro de nuestras pasiones, más entendidas como nostalgias por un pasado político que jamás hemos vivido.

Es lo que nos enreda muchas veces en laberintos sin salida. Así y todo hemos evolucionado bastante, otras épocas fueron peores.

un abrazo

Félix dijo...

Posiblemente el sentido que empleamos en España no sea tan negativo y esté más relacionado con la dedicación o visión política de algunas personas.
Tendré muy en consideración la interpretación que se hace en Argentina del término.
Debo entender entonces que para vosotros Fouché era un "animal político". Por cierto ¿Has leído Fouche de Zweig?.

miguel sznajderman, jazzmen dijo...

Gracias por la recomendación. La revolución francesa (sus hechos, circunstancias y personajes) es uno de mis preferidos acontecimientos históricos.
En 93 de Victor Hugo (http://espaciosdereflexion.blogspot.com/2008/06/noventa-y-tres.html) hay un fascinante e imperdible dialogo entre los tres grandes (Murat, Robespierre y Danton)que recomiendo a su vez.
Voy a buscar a Fouche de Stefan Zweig para el verano (junto al de Paul Auster que me recomendara ana.)
abrazos
miguel

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