Es licito sostener una postura abierta al mundo, apoyar la diversidad y el multiculturalismo, pero rechazar y repudiar a todos los fieles de la Biblia?
Ser progresistas, laicos y seculares nos hace acreedores privilegiados de la verdad, explicita garantía que nos obliga a transitar por veredas opuestas al mundo religioso?
Pueden los creyentes modernos y abiertos basarse en sus escritos sagrados, cuando la ciencia ha socavado implacablemente muchas de las verdades bíblicas?
Es la sagrada escritura un exclusivo espacio de culto para fundamentalistas e integristas, fuente basal de su intolerancia?
O las manipulaciones de sus textos, hechas a imagen y semejanza de sus oscuras intenciones, son asimilables a las tergiversaciones del Corán realizadas por minorías extremistas islámicas?
Las interpretaciones literales de los nuevos y antiguos testamentos han sido una constante a lo largo del tiempo o más bien son construcciones simbólicas propias de la modernidad, mal que nos pese?
Podemos compartir valores de sensibilidad, compromiso, cooperación y tolerancia, 1 con muchísimas personas vitales, sensibles, luminosas y cultas pertenecientes a las tres religiones del libro, sin resignar nuestras dudas y certezas?
Sutiles respuestas a algunas de estas cautivantes preguntas, podemos apreciar en el último (y maravilloso) libro de Karen Armstrong.2
Historia de La Biblia no es un tratado de teología, ni siquiera es una exégesis de la misma, es una biografía, una historia atrapante sobre sus diferentes escrituras, sus diversas interpretaciones, sus amplias contradicciones, sus feroces manipulaciones, sus bellísimas lecciones, su ambigüedad, sus fracasos, miserias y logros.
Fragmento de los manuscritos del Mar Muerto hallados en 1940. 3
El Libro en principio no es Uno, sino un compendio de entre 39 y 77 libros según el canon judío, católico, protestante u ortodoxo, que lo adopte. La compilación no sigue un orden cronológico, presentando sus hechos desde infinitas perspectivas.
Su escritura implicó a una enorme cantidad de escribas, anónimos en su mayoría, que se fue adaptando a las circunstancias históricas y a las necesidades sociales y políticas de su tiempo.
Sus libros describen acontecimientos a menudo cargados de excesiva crueldad y violencia, (mayor a la existente en el Coran, que los occidentales erróneamente le adjudicamos) otros llenos de espiritualidad, poesía y compasión.
Armstrong reseña el complejo transcurrir de su "creación", desde las tempranas transmisiones orales pasando por las transcripciones escritas, hasta su constitución definitiva como tratados sagrados.
Aparecen sus múltiples y disimiles exégesis, sus brillantes comentarios, los debates y refutaciones que generó en su extenso devenir. Es enriquecedor observar como su escritura y lectura han ido variando respecto a las condiciones históricas imperantes, cómo han sido complementarias tanto del racionalismo como del misticismo, utilizadas indistintamente como estandarte de explotadores o bálsamo para oprimidos .
Las primeras exégesis fueron llamadas midras (derivado del verbo darash: investigar, buscar) por los rabinos encargados de su interpretación, que consideraban no evidente ni unívoco a todo sentido nacido de un texto sagrado, ya que "mientras los acontecimientos se revelasen en la Tierra, incluso Dios tenía que continuar estudiando su propia Torá, 4 para descubrir su significado pleno". 5
Filón (70 ac - 45 dc) filosofo judío alejandrino, sostenía que "es absurdo leer el primer capitulo del Génesis de forma literal e imaginar que el mundo fue creado en seis días". 6
Fiel a su tradición platónica, prefería interpretar la narración del mismo, como la creación del Logos (verdad, sentido, razón), elevada alegoría del plan maestro de la creación debida al "...artesano divino del Timeo de Platón, que había modelado la materia prima del universo para así establecer un cosmos ordenado". 7
Resulta esclarecedor para un lector acostumbrado al discurso único y ensordecedor de la actualidad, comprobar que en sus primeros siglos los hombres contemporáneos a su escritura no creían en la literalidad, ni en verdades absolutas, ni siquiera en sus exactitudes históricas.
Seremos invitados a recorrer sus paginas a través de las diferentes exégesis de los padres de la iglesia, las discusiones sobre la divinidad de Jesús, el racionalismo religioso, la lectio divina, el misticismo, la kaballah (con sus misterios, su sexualidad implícita, su cautivante poesía), las sefiroth (los nombres secretos de Dios, las diez dimensiones de la psique divina), la sola scriptura (la lectura individual alentada por Lutero), la cabala luriana (con sus profundas reflexiones sobre el infinito, el vacío y la fragmentación de la divinidad).
Con el fin de la alta edad media, aparecen los primeros cuestionamientos científicos a la lectio divina, combatidos por la Inquisición, modelo por excelencia del fanatismo religioso, paradojicamente un instrumento de la modernidad incipiente, destinado a imponer conformidad y disciplina ideológica bajo la demanda de los nuevos estados nacionales.
La autora describe el previsible enfrentamiento de la Biblia con la edad de la razón, el pensamiento científico, la indiferencia religiosa y los nuevos paradigmas del ateísmo.
Valora el indiscutible aporte del moderno criticismo histórico, que nos permite hoy en día descubrir las diferentes versiones de la Biblia, sus complejas articulaciones, sus fallos históricos y sus variadas texturas ideológicas.
"El criticismo histórico de la Biblia hace que ya no sea posible leer las Sagradas Escrituras sincronicamente, uniendo pasajes muy distantes en el tiempo. Pero el criticismo literario moderno considera que nuestro mundo interior está creado por fragmentos de muchos textos diferentes, que viven unidos en nuestras mentes, el uno modificando al otro. Nuestro mundo moral está determinado por El Rey Lear, Moby Dick y Madame Bovary, así como por La Biblia." 8
En los capítulos finales, resulta inquietante comprobar que las ideologías ultra-defensoras de la lectura literal de las Sagradas Escrituras, como el creacionismo, el integrismo católico, el arrebatamiento, 9 el fundamentalismo protestante de raíz americana, el extremismo sionista religioso (enemigo del secular) son construcciones ideológicas de la modernidad, activas o reactivas a ella. Todas estas desnaturalizaciones que han absorbido la violencia intrínseca de la ratio moderna (guerras nacionales, colonialismo, imperialismo, genocidios, limpiezas étnicas) nacieron en los siglos XIX y XX.
Fanatismos religiosos que no ocultan la existencia de un fundamentalismo secular tan corrosivo y letal como sus opuestos, "que es tan intolerante, parcial e inexacto acerca de la religión como cualquier fundamentalismo basado en la Biblia lo es acerca del secularismo". 10
La pregunta a hacernos es si podremos enfrentarnos eficazmente a los modernos barbarismos religiosos o seculares, aquellos que siguen proyectando sus sombras siniestras sobre nuestro confundido siglo XXI.
Oscurantismo moderno que necesita la aparición de un nuevo iluminismo que se le oponga, no aquél de la razón enceguecedora, del cientificismo absolutista, del progreso a cualquier precio, sino uno bañado por luces más tenues, por poderes más débiles, donde el ego abandone el pedestal de su tiranía, donde las verdades del otro puedan ser escuchadas, apreciadas y valoradas.
Donde los otros seamos nosotros.
En cuanto a las obras humanas, por las palabras de tus labios,
yo me he guardado de las sendas de los violentos.
Salmos 17:4
Armstrong, Karen, Historia de la Biblia, 2007, Editorial Sudamericana, sello Debate, 2008, Mercedes Vaquero por la Traducción
1 Dejo para otra oportunidad discutir sobre el sentido de la tolerancia, su racismo implícito, su barbarie encubierta, para contraponerla con el valor más enriquecedor de la apreciación. Apreciar, aprender y escuchar al otro, más que "tolerarlo" o "soportarlo". Pero bueno, veo que el PPC (pensamiento político correcto) vuelve a acecharme y hostigarme.
2 Karen Armstrong, ex monja católica, de origen inglés, es autora de numerosos trabajos sobre religiones comparadas. Ha escrito una historia de Dios, sobre los fundamentalismos judíos, islámicos y cristianos, el islam, el budismo, sobre las mujeres y el sacerdocio, las guerras sagradas como las cruzadas y muchísimos temas en los que no cesa de bregar por un verdadero encuentro y compromiso interreligioso.
3 Los Manuscritos del Mar Muerto o Rollos de Qumrán (llamados así por hallarse los primeros rollos en una gruta situada en Qumrán, a orillas del mar Muerto) son una colección de casi 800 textos escritos en hebreo y arameo, por integrantes de la congregación judía de los esenios y encontrados en once grutas en los escarpados alrededores del mar Muerto.
4 Torá son los primeros cinco libros del Antiguo Testamento Hebreo (Génesis, Éxodo, Levítico, Números y Deuteronomio).
5 Armstrong, Karen, Historia de la Biblia, 2007, Editorial Sudamericana, sello Debate, 2008, Mercedes Vaquero por la Traducción, pg. 85.
6 Ibidem, pg. 57.
7 Ibidem, pg. 57.
8 Ibidem, pg. 212.
9 El arrebatamiento es una variante del fundamentalismo protestante desarrollada por un inglés llamado John N. Darby (1800-1882). Plantea como condición al regreso de Jesús, el establecimiento de todos los judíos en Tierra Santa. De esa manera Jesús volvería a la Tierra y se enfrentaría al Anticristo en la llanura del Armagedón, a las afueras de Jerusalém, en una furiosa batalla donde deberían morir las dos terceras partes del pueblo judío. Los "verdaderos creyentes cristianos" serían perdonados y "arrebatados en nubes" para reunirse con Jesús, que a partir de ese momento gobernaría en el mundo durante mil años hasta el Juicio Final. Lo inquietante de tan absurda teoría es que la misma ha influido en las doctrinas político - militares de George W. Bush gracias al respaldo de líderes de la Coalición Cristiana como Pat Robertson, el fallecido Jerry Falwell, Gary North, Rouss Rushdoony y Tim LaHaye que junto a sus influyentes novelas ha sido un soporte fundamental de la campaña presidencial del futuro ex-presidente americano.10 Ibidem, pg. 217 y 218.