"La vida me enseñó que a veces no es posible seguir agarrado a las cosas hasta que duelan las manos, hay que saber soltar a tiempo, antes que el dolor sea caro para las manos y las cosas." Sammy Szusterman (1951-) argentino, arquitecto y amigo

sábado, 28 de marzo de 2009

a favor de un estado binacional en palestina-israel


"Testimonio que necesito dar para intentar derramar algo de luz, antes de que la barbarie termine por imponer su lógica de hierro, la de responder con más barbarie para acabar con ella".

Con estas palabras cerré mi post anterior, escrito mientras terminaba el riguroso y esclarecedor ensayo del historiador canadiense Yakov Rabkin : Contra el Estado de Israel Historia de la oposición judía al sionismo. Au nom de la Torah. Une histoire de l`opposition juive au sionisme, en su versión original en frances.

Extraños son los caminos, raras sus coincidencias, inesperados los encuentros y extraños son sus cruces.
Días después encontré en el libro esta hermosa frase muy valorada por rabinos opositores al sionismo:

"Una pequeña luz disipa grandes tinieblas".1

Cuando me topé con el libro por primera vez en una librería porteña que frecuento, meses antes de la tragedia de Gaza, lo rechacé instintivamente luego de leer su portada. El Estado de Israel, siempre generó amores y rechazos, sobre todo del mundo no judío. Una oposición judía a la esencia misma de su constitución y su existencia era de por sí revulsiva y subversiva al mismo tiempo.

Como relaté en mi testimonio, necesite de varias fases a lo largo de mi vida para ir desprendiéndome de verdades y mitos asimilados acríticamente desde mi infancia.
Al animarme y apreciar este gran libro, logré una gran claridad y un profundo alivio para desprenderme de letales contradicciones que me seguían atormentando, a la vez de terminar de definir mi posición política respecto a tan espinoso tema.

Para mis amigos judíos que aún siguen creyendo en el sionismo de forma activa o pasiva, este excelente ensayo les permitirá tener una visión amplia y esclarecedora del conflicto israelo-palestino que la manipulación sionista se ocupó de ocultar y negar.

Para mis amigos no judíos les recomiendo esta aproximación a la noble e ímproba tarea que en cabeza de judíos piadosos y creyentes, (que la modernidad apalea impiadosamente junto con toda otra vocación religiosa políticamente indeseable) permite diferenciar claramente las aguas del núcleo más pleno del judaísmo respecto de esa deformación histórica, hija dilecta del modernismo político, que es y ha sido el movimiento sionista nacionalista.

El profesor Rabkin va desarrollando la historia del pensamiento y el accionar de judíos anti o no sionistas, muchas veces negados, vituperados o sencillamente reprimidos por el propio establishment israelí.

Debemos abandonar parte de nuestros prejuicios respecto a esos hombres de levitas negras y vestimentas antiguas y tradicionales, para descubrir un universo inmensamente más humanista, apreciador, integrador y respetuoso de las diferencias, sin perder claro está sus convicciones y creencias.

El movimiento tradicionalista se basa en una visión mesiánica de la concepción judía. Como "modernos y mass-mediáticos occidentales" tendemos a confundir mesianismo con fanatismo religioso, lo que nos pone en el camino del desprecio y la descalificación. Pero también en la ignorancia y la ceguera. Estos judíos piadosos o jaredim, al anhelar la llegada de un mesías o salvador, imaginan una humanidad más integrada, armónica y pacífica. Es bueno aclarar que la llegada de un salvador o mesías es más un anhelo místico-religioso que una posición concreta, efectiva y real. Eso les permite desarrollar valores, establecer compromisos con otras creencias y fundamentalmente diferenciarse claramente de posturas extremistas y absolutistas.

El profesor Rabkin nos va llevando de la mano de esos rabinos y pensadores mesiánicos, opuestos al sionismo desde su fulgurante irrupción en el siglo XIX hasta nuestros días, plasmado en el Estado israelí. Al negar el derecho al nacionalismo judío a establecerse políticamente en Palestina y reclamar con exclusividad una tierra habitada por otro pueblo, anticiparon con muchísima precisión la sucesión de desventuras, guerras y conflictos que de forma constante e inevitable se abaten sobre el Oriente Medio.

Esta historia nos invita a pasear por la construcción social, política y religiosa de un movimiento que, nacido en el seno de los pensadores más tradicionalistas del judaísmo, lentamente ha ido confluyendo, en su oposición a la constitución misma del Estado hebreo, con visiones más modernas como el reformismo judío, semejante al protestantismo en sus rupturas y diferencias con el catolicismo.

Rabkin permite discriminar claramente la concepción humanista de los judaísmos tradicional y reformista del sionismo colonialista, avasallador y equívoco, que paradojicamente transformo sus potentes propuestas de un hogar nacional seguro y acogedor para todo el pueblo judío en una tierra hostil, peligrosa e incierta tanto para él mismo como para sus vecinos.

Contra el Estado de Israel tiene un rigor histórico y documental que junto a una destacada claridad conceptual y filosófica, permite oponerse valientemente al establishment sionista judío y cristiano, evitando así el descalificador epíteto de antisemita o antijudío.

Resultan muy valiosas las propuestas finales de propender a la disolución pacífica del Estado de Israel en una nación binacional, democrática e inclusiva donde judíos y arabes-palestinos puedan convivir e integrarse, coexistir con tensiones propias de estados "normales" y comenzar a apreciar y valorar más sus diferencias que exterminarlas y destruirlas conjuntamente con la vida de los otros.



Será ese un camino arduo y difícil, pero profundamente esperanzador, al menos que ambos pueblos opten por el aniquilamiento mutuo y obcecado, tan épico, arrogante y orgulloso como el nacionalismo excluyente que los anima.


NOTAS:
1 pg. 344 Rabkin, Yakov, Contra el Estado de Israel, Historia de la oposición judía al sionismo, Grupo Planeta, 2008

COMENTARIO DESTACADO:
A partir de esta entrada he decidido incorporar los comentarios más destacados de mis amigos dentro del cuerpo principal, empezando por el precursor de la idea, nuestro gran amigo común Felix Espinar (Svengali).
No hay mejor forma de completar una idea que incorporar el aporte del otro. El momento ideal para demostrar que las ideas circulan sin derechos de propiedad.


Estimado Miguel:
Marco Aurelio nos aconsejaba "cavar", sería injusto no añadir que Miguel nos está diciendo dónde.
Comentar los temas propuestos, en las dos últimas entradas, requieren más tiempo y lectura. No he conseguido el texto de Sand, aunque si estoy con “La limpieza étnica de Palestina” acompañado de “El triángulo fatal” (edición incompleta) e “Ilusiones de Oriente Medio” de Chomsky.
Bueno, pero no he venido aquí con mis tanques (“guerra relámpago”) para justificar futuras opiniones mediocres sobre el tema, sino para hacer un “comentario a la totalidad”.
Alguien, en algún momento, durante el corto espacio de tiempo que vivió en tu patria, viéndola desde arriba, de noche, se le ocurrió escribir esto y es el mejor comentario que se puede hacer a tu “Espacios de reflexión”.

“Conozco los reproches que se me harán. Los lectores de un periódico exigen reportajes, no reflexiones. Las reflexiones están bien para las revistas o para los libros. Pero yo tengo otra opinión a este respecto.
Recuerdo mi primera noche de vuelo en Argentina. Una noche de tinta china. Y, en esta nada, refulgiendo como nebulosas de estrellas, las luces de los hombres en el altiplano.
Cada estrella significaba que, ahí abajo, en plena noche, se meditaba, se leía, se intercambiaban confidencias. Cada estrella, como una farola, indicaba la presencia de una conciencia humana. En aquélla, tal vez, estaban pensando en la felicidad de los hombres, en la justicia, en la paz; era la estrella del pastor, perdida en ese rebaño de luceros. Allí, quizás, estaban hablando con los astros, fatigándose con los cálculos de la nebulosa de Andrómeda. Más allá se amaban. En el campo, en todas partes, ardían esas hogueras que reclamaban su alimento, hasta las más humildes: la del poeta, la del maestro, la del carpintero. Pero, entre todas estas estrellas vivas, cuántas ventanas cerradas, cuántas estrellas apagadas, cuántos hombres dormidos, cuántas hogueras que, al carecer de alimento, ya no daban luz.
Poco importa si el periodista se equivoca en sus reflexiones; nadie es infalible. Poco importa si no penetra en todas estas moradas; son las moradas en las que se está en vela las que dan sentido a un territorio. Poco importa si el periodista ignora con quienes se comunicará. Al lanzar unos sarmientos al viento, espera alimentar alguna de esas hogueras que arden, de trecho en trecho, en el campo”



Antoine de Saint-Exupéry
Paris-Soir 2 octubre 1938


Te enviaré en dos hojas un cómic que refleja fielmente la problemática judía, así como la perfecta solución al problema.

Un saludo, pidiendo disculpas por la invasión.
Félix

5 comentarios:

Doctor Krapp dijo...

Digamos algo en favor del pueblo judío. Pocos pueblos tienen esa capacidad de autocrítica con respecto a su cultura y a las bases sobre las que se edifica todo su sistema de valores. ¿Qué otro pueblo en la tierra tiene esa capacidad para cuestionarse a si mismo y seguir ahí?
¿Se podría cuestionar de igual manera las raices del pensamiento occidental, las raices de nuestra cultura sin poner en juego el propio pellejo?

Félix dijo...

Lástima no poder tener el libro en mis manos y empezar una larga, amena y curiosa discusión. Espero quedarme en la “banalidad del comentario” y no caer en la “bananalidad” del mismo (“comentario bananero”).
No me negarás que a estas alturas de la historia todo lo que se han oído son voces, voceríos y discusiones, por no hablar de muertos, justo allí donde lo único que se necesita es “escuchar” y “escucharse”.
Pero sigo pensando que el problema no es sencillo ni simple y que la autocrítica dentro del mundo judío debe ser correspondida en igual medida dentro del mundo árabe. ¿Existe esa contrapartida? ¿sería comprendida y tolerada? ¿aparecerá alguien del talante de Salah ad-Din? Y si las respuestas son negativas tendremos que volver al principio de la historia: la solución será de los judíos o de lo ciclistas, no creo que sea necesaria la explicación.
Y para echar leña al fuego y subir la temperatura no está mal el artículo que publicó Pilar Rahola sobre el conflicto.
http://www.lavanguardia.es/internacional/noticias/20090106/53612224342/la-histeria-antiisraeli-hamas-gaza-golda-meir-palestina-tierra-santa-hizbulah-haaretz-amos-oz-iran.html

Qué lejos queda aquello de…
“Yo miro adelante, y mi pueblo conmigo, hacia un futuro en el cual nosotros les ayudaremos y ustedes nos ayudarán, de tal modo que los países en los que estamos mutuamente interesados puedan nuevamente tomar su lugar en la comunidad de los pueblos civilizados del mundo.
Créamelo usted. Suyo sinceramente,
Faisal”
3-3-1919

HUMO dijo...

Un verdadero placer leerte.

=) HUMO

Anónimo dijo...

Hola

Me llamo Lautaro y he visto que la idea de su web "http://espaciosdereflexion.blogspot.com" sobre reflexion, me parece original, curiosa y completa. Por otro lado, tengo un par de directorios que podrían interesarle para añadir en su sitio. Sería muy interesante contar con usted. Por ello, desearía dejarle mi msn messenger : lautaro_pat@hotmail.com para que podamos hablar cómodamente del asunto :)

Finalmente, quisiera desearle mucha suerte y que continué con su web.
Esperando su pronta respuesta. Un saludo

Lautaro Patricio

ana. dijo...

Miguel,estoy a mil con muy poco tiempo. adoro leerte, lo sabés. pero estos días no puedo leerte con la atención que merecen tus post. quiero que sepas que te acompaño, de todos modos. y volveré para poenerme al día con tus reflexiones.
Un beso enorme.

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