Vasili Grossman, corresponsal de guerra del Ejercito Rojo, 1943 |
Cardenal Bergoglio junto a los familiares de las 194 víctimas de Cromañon, 2007 |
Vasili Grossman, aquel notable escritor soviético de origen
judío legó al mundo esa inmensa obra humanista y existencial que denuncia a los
totalitarismos, representantes máximos pero no exclusivos de las infamias que
generan el poder omnímodo. Vasili escribió Vida y Destino, una novela típicamente
rusa en 1959, cuando el régimen tras la muerte del dictador, aún mantenía su
inmenso poder. Vasili nos ilustra gracias
a su exquisita sensibilidad, las emociones y los miedos, el terror y el coraje,
el dolor y la resiliencia de la gente común, contrastando con las miserias y
crueldades de los poderosos. Vasili nos presenta la maravillosa parábola de
aquel que siendo un intelectual exégeta del régimen, corresponsal de prensa
durante el avance del Ejercito Rojo desde Stalingrado a Berlín se convirtió en
un notable disidente, un hombre corajudo, que de ser acusado de no defender a
sus colegas perseguidos durante la Era del Terror (1936-38) pasó a denunciar
todas y cada unas de las brutalidades del estalinismo y el nazismo, a soportar
la persecución, el allanamiento, la prohibición de su obra, la confiscación de
las cintas mecanográficas con las cuales la escribió, el destierro, el exilio
interior, la miseria, la muerte y el olvido.
Valga este reconocimiento y sirva como metáfora actual, para
que, aún a sabiendas que las acusaciones que recibe el ex cardenal Bergoglio
son falsas y malintencionadas, aún si en algún momento tuvo debilidad, falta de
coraje o miedo- quién no las tuvo alguna vez- , su vida posterior al lado de
los humildes y los sufrientes, de los familiares de Cromañón y Once, de los
luchadores contra la trata de mujeres y de los maravillosos curas villeros
demuestran que la vida de una persona es una película y no una foto sesgada.
La vida de los notables nos permite demostrar quienes son
los se superan creciendo a partir de sus miserias y quienes luego de una
fulgurante grandeza se hunden en la infamia y en el descrédito.
Como agnóstico débil, como judío cosmopolita y cultural, me
emociono ante la humildad, sencillez y valentía del nuevo Papa de la
cristiandad, Padre Francisco.