La patria es el hogar de hogares.
A menudo hostil, expulsiva, implacable.
Otras muchas, cálida, acogedora y deliciosa.
La patria es nuestra tierra, pero mucho más es nuestra lengua, aquella que tiene a España en su génesis, su pasado y nuestro presente.
España tan peruana como uruguaya, tan mexicana como trasandina. Tan argentina. Hace tan sólo ciento noventa y tres años algunos solitarios y soñadores desafiaron al Imperio de los Dos Mundos. Al más grande y formidable imperio que jamás humanidad alguna concibió. Pero que una parte de él, a dios y sus gracias, no pudimos ni quisimos derrotar. Su lengua, nuestra madre lengua.
A través de ella, España nos legó lo mejor y lo peor de la españolidad, esa que junto a la italianidad y tanto barco abandonado por los mares se nos metió en los huesos hasta el tuétano.
En sus palabras: tramoya, traición, belleza, coraje, espanto, dulzura, resonancia, remembranza, letanía, ilusión, alegría, melancolía, crueldad, compasión, ilusión.
En esas únicas de eñes absolutas, extrañas a los oídos de un bengalí, australiano, ruso o camerunés: niño, mañana, cizaña, ensueño, risueño, patraña, cañaveral, viñedo, peñasco, ñaña, puño, terruño, engaño, pequeña, guadaña, hazaña... España.
Lengua que nos permitió inventar algunas como tango, canchero, compadrito, guita, fiaca, chanta, boludez, boletear, cafishio, cachufleta, cagazo, caretear, chabón, tano, dolape, cursi, fercho, faso, forrear, timba, luca, quilombo, minón, trolo, trucho, catramina...Argentina.
Lengua española, castellana, peninsular y castiza, de los reinos de León y Castilla, de los Andes, las pampas, el altiplano y las antillas. Sumamente cristiana, cristiana de la única y verdadera religión y tan mora, bereber y morisca, tan judía, conversa y marrana, tan italiana y tan latina.
Patria donde habitan juntos, día a día, unos rufianes llamados Cervantes, Lope de Vega, Calderón, Quevedo, Borges, Neruda, Gabriela Mistral, García Marquez, Perez-Reverte, Cortazar, Asturias, Alfonsina Storni, Machado, Hernandez, Galeano, Fontanarrosa, Benedetti, Alberti, Guillén, Martí, Lorca, Arlt, Sábato.... pardiez!!!
Los que forman nuestro hogar, nuestra verdadera patria.
Patria concebida por solitarios y soñadores hace tan sólo ciento noventa y tres años.
Patria grande, niña y pequeña, amplia y amena, limitada por sus cordilleras, aventurada hacia los cinco oceanos, adormecida sobre sus inmensas pampas, desplegada en su apiñada metrópolis.
Vital, compleja, contradictoria, creativa, arrogante, melancólica, adolescente...
...Argentina.
miguel sznajderman
8 de julio de 2009
Pienso en la patria como un sueño colectivo y complejo. Un sueño de personas que comparten sus destinos en un lugar determinado.
Determinado por sus sueños.
Con una bandera para colorear diversidades.
Con un himno para emocionar y aglutinar esperanzas.
Con próceres carnales transmutados en héroes cotidianos.
Una patria que dibuje un horizonte para meditar sobre el pasado, pero también para alcanzar y superar el futuro.
Una patria por construir.
Feliz día, patria.
miguel sznajderman
10 de julio de 2008
Si hasta me parece oir a Alfonsina, que desde la confluencia exacta de cielo y mar, (tal vez el origen del arco iris) nos dice:
"Se me va de los dedos la caricia sin causa,
se me va de los dedos... En el viento, al pasar,
la caricia que vaga sin destino ni objeto,
la caricia perdida ¿quién la recogerá? "
Un abrazo, Miguel